
La imperturbable y calurosa tarde correntina se vio interrumpida ayer con la ola de hinchas de River Plate, que salieron desde todos los rincones de Corrientes y aledaños, ataviados con sus camisetas y banderas a recibir al plantel “millonario” que llegó para jugar el sábado con Boca Unidos por la 17ª fecha de la B Nacional.
La “multitudinaria” caravana que acompañó a la delegación de Núñez desde la llegada al aeropuerto de Resistencia tuvo que sortear varios obstáculos para cumplir con el objetivo de demostrarle su pasional sentimiento al club de sus amores.
Es que ayer se había dicho que la llegada del plantel se produciría vía Corrientes, por lo que muchos hinchas se trasladaron al Fernando Piragini Niveyro para aguardar el arribo de los ídolos de “la banda roja”. Pero una vez allí se informó que el vuelo llagaba a las 18 al aeropuerto de Resistencia, por lo que lo simpatizantes “millonarios” no dudaron y banderas en mano se cruzaron el puente General Belgrano.
Pero la llegada hasta la nueva meta tampoco sería sencilla: un reclamo social en la Ruta 11 demoró el paso hasta la base aérea y muchos de ellos se cruzaron con el micro del plantel.
Otra vez el cambio de planes y... a seguir al gran colectivo con las iniciales CARP grabadas gigantes en las paredes del micro y rodeado de autos y motos.
Largo periplo
A la vera del camino, desde la Ruta 11 hasta la bajada misma del puente, cientos de personas en autos, motos, bicicletas y todo tipo de transportes esperaban el paso de los jugadores.
Una vez en suelo correntino el delirio estalló del todo, los cánticos típicos de las canchas de fútbol estuvieron a la orden del día. Todo sea por el saludo o el autógrafo del ídolo. Hasta que por fin los pudieron ver en vivo y en directo.
Ya instalados en sus habitaciones del hotel de la costanera capitalina, Matías Almeyda y varios de sus jugadores salieron a saludar a los miles de fanáticos, hablaron con ellos y firmaron autógrafos.
En medio de un fuerte operativo de seguridad y con las ganas incontenibles de llegar a tocar las manos de sus ídolos, la gente logró vencer el último cerco que los separaba de las rejas del hotel.
La pasión está y el clima de la previa es inmejorable: la polémica por ser el “nuevo clásico de la B” entre Boca - River está más que instalado en todo el país y trasciende las fronteras de Corrientes y del fútbol.
Por todo eso y por mucho más, se estima que el partido de mañana será una verdadera fiesta y -más allá del resultado-, se inscribe en la historia del fútbol correntino, que después de 15 años recibe a un grande como se merece, en la Capital de Corrientes.
Uno de los pocos que cruzó dos palabras con época en la firma de autógrafos fue Carlos Arano. El defensor dijo que el recibimiento en Corrientes fue “espectacular, igual que en todo el país”. Cansado por el viaje, tuvo la sutileza de saludar a los hinchas, firmó todos los autógrafos que pudo, se sacó fotos con la gente y volvió a su habitación a descansar luego de un largo trayecto.
Fernando Cavenaghi es uno de los máximos ídolos de la parcialidad riverplatense. Acorde a ese cariño que los hinchas le profesan, el delantero también fue uno de los que más contacto con la gente tuvo. Se mostró feliz por la demostración de afecto del público y a pesar del cansancio cumplió con todos sus fans. “¿El recibimiento? increíble”, aseguró.
Uno de los pocos que cruzó dos palabras con época en la firma de autógrafos fue Carlos Arano. El defensor dijo que el recibimiento en Corrientes fue “espectacular, igual que en todo el país”. Cansado por el viaje, tuvo la sutileza de saludar a los hinchas, firmó todos los autógrafos que pudo, se sacó fotos con la gente y volvió a su habitación a descansar luego de un largo trayecto.
Fernando Cavenaghi es uno de los máximos ídolos de la parcialidad riverplatense. Acorde a ese cariño que los hinchas le profesan, el delantero también fue uno de los que más contacto con la gente tuvo. Se mostró feliz por la demostración de afecto del público y a pesar del cansancio cumplió con todos sus fans. “¿El recibimiento? increíble”, aseguró.