Cualquier cosa se podía esperar de ésta administración Colombi, continuidad en la estructura de poder de dos administraciones con claras intencionalidades absolutistas
, las cuáles buscan objetivos oscuros y personales, y escondiendo estrategias que en el fondo marcan intereses absolutamente económicos. Decíamos cualquier cosa, y para sorprendernos en demasía nos encontramos con una de las últimas decisiones políticas del ‘clan Colombi’, que busca separar poblados correntinos de las históricas estructuras comunales, socavando los principios básicos de unidad, correntinidad y pertenencia.
De acuerdo a lo que pudimos recoger de la ‘red virtual’, “el separatismo es una ideología que promueve la disgregación de una o varias partes de una entidad. Los movimientos separatistas consisten en unos movimientos sociales de carácter político que aspiran a la autonomía respecto a una institución política bajo la que está sometido un grupo concreto de ciudadanos.
El separatismo puede ser ficticiamente considerado una amenaza al Estado para acallar tensiones y problemas internos sociales y económicos, siendo ésta la forma de crear un enemigo exterior o interior de irreal potencialidad, que fortalezca la conciencia nacional de dicho Estado”
En Corrientes, de manera sintética, podríamos decir que el separatismo colombista busca generar más dependencia a partir de la utilización del siempre usado hábito de la ‘billetera’, que además ata y compromete, y define acciones que hasta podrían terminar en atisbos violentos.
Lo que faltaba: una ‘guerra’ entre correntinos por metros de territorio. Y aunque la figura sea agrandada al máximo, la consecuencia de éstas discusiones del siglo pasado terminan por lesionar hasta el más delicado sistema social que en Corrientes tiene por característica la pasividad, el voluntarismo y la cooperación.
Obviamente que la actitud demagógica y autoritaria que impulsa el Gobierno Provincial tuvo una rápida respuesta desde la oposición, hoy circunscripta en el orgánico PJ. Y su queja, pública y notoria en comunas administradas por peronistas, no queda allí, aunque otros deban callar para evitar malos tratos desde la rosada chica de 25 de Mayo y Salta.
Fiel a una estructura conservadora nunca proclamada, el hombre fuerte del Gobierno de Corrientes apela hasta a las armas más discutidas para mantener el orden. Y como una zanahoria en la nariz del conejo, busca llevar detrás de la billetera a callados jefes comunales y referentes territoriales que tendrán promesas asumidas a futuro para acompañar tan deplorable intención.
Lo que faltaba: impulsar separaciones para seguir manejando ‘la hacienda’. En fin, lo juzgará la historia, que suele ser inapelable.
Fuente: DANIEL CARAM